Represión en la tiranía comunista

Moncloa no llama «dictadura» a Cuba para salvar «los intereses de España y la capacidad de influir»

Desde Moncloa aseguran que les gustaría "poder hablar con más contundencia" de lo que ocurre en el país caribeño

Cuba es una dictadura atroz y lo de Sánchez, una gigantesca vileza

CNI Gobierno
El Consejo de Ministros tras la remodelación del Gobierno impulsada por Pedro Sánchez. (Foto: Efe)
Joan Guirado

«Es evidente que Cuba no es una democracia, no lo es», reconocía este martes por la noche el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una entrevista en Tele 5. Pero como horas antes hizo su portavoz, Isabel Rodríguez, y este miércoles por la mañana su vicepresidenta primera, Nadia Calviño, Sánchez se negó a hablar de dictadura. Fuentes del Gobierno apuntan a que no acuñarán este término para «no perjudicar a los intereses españoles en la isla y para garantizar así su capacidad de influencia».

Desde el entorno del presidente consideran que «vigilar con el lenguaje» es clave para dar solución, entre otras cosas, a la situación que vive la periodista de ABC detenida por el régimen. Hace un par de años, cuando el régimen de Nicolás Maduro actuó de forma similar en las protestas en las calles de Venezuela, el Ejecutivo también evitó catalogar de régimen o dictadura la administración chavista.

En Moncloa no esconden su nerviosismo por la situación que se está viviendo en el país iberoamericano. «Nos gustaría poder ser más contundentes», señalan fuentes gubernamentales, pero las relaciones económicas y diplomáticas con el régimen de Miguel Díaz-Canel y la posición que mantiene Podemos con la dictadura cubana, impide al Ejecutivo de Sánchez hablar con mayor contundencia de lo que está ocurriendo.

De momento el Ministerio de Exteriores, liderado desde este lunes por José Manuel Albares, ha adoptado una actitud vigilante. Pero por ahora no se atreve a pulsar el acelerador y a liderar la condena de la Unión Europea por la represión que el gobierno de Díaz-Canel está impulsando contra los jóvenes, que han salido a las calles de las principales ciudades de Cuba para reivindicar la recuperación de los derechos y libertades que durante tantas décadas les ha coartado el régimen comunista. El Ejecutivo se muestra preocupado «por las graves carestías» de los ciudadanos y la creciente afectación de la pandemia.

Con centenares de desaparecidos, anoche se conoció la primera víctima mortal en los disturbios tras un encontronazo con la policía cubana a pocos kilómetros de La Habana. Las pocas imágenes que se han filtrado de lo que ocurre en Cuba han permitido comprobar como escenas donde los temidos Boinas Negras del Ejército cubano, la unidad que Díaz Canel ha sacado a la calle para ahogar las protestas, se emplean con saña contra los cubanos y se los llevan detenidos.

Tanto el Gobierno como los podemitas reclaman que todos se puedan manifestar con «libertad». Desde Exteriores, en el comunicado que el martes firmó Albares, piden respetar el derecho fundamental «a manifestarse libre y pacíficamente». Entre otras cosas el gobierno cubano ha cortado la conexión a internet para dificultar que den a conocer lo que están viviendo.

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